lunes, 15 de abril de 2024

Dejar la crueldad

 ACTIVIDAD 1. Define los siguientes conceptos.

-Voluntad
-Sufrimiento
-Satisfacción
-Compasión
-Moderación 
-Barbarie 

ACTIVIDAD 2. Da lectura al documento texto; reflexiona sobre el texto, los mapas conceptuales, las ideas expresadas y anota en tu cuaderno tus opiniones, puntos de vista, comentarios o tu analisis de la lectura. ( O si lo prefieres haz un cuestionario de 10 preguntas con su respectiva respuesta)

Revisando estas consideraciones, analicemos algunas estrategias o herramientas que
nos podrían ayudar a dejar de ser crueles, si es que no lo somos por naturaleza. Para el
estratega y pensador político Nicolás Maquiavelo (1469-1527), las personas –en
particular las que gobiernan– , en lo práctico, están constantemente en la búsqueda del
poder. Las consecuencias o los caminos que se lleguen a tomar para lograr ese poder son
irrelevantes, siempre y cuando se logre la finalidad; de ahí la frase popular de: “el fin
justifica los medios”.

Teniendo esto como antecedente, se puede inferir que el ser humano suele ser cruel o
violento si hay una razón suficiente para serlo. Esto, en términos de Maquiavelo, no es
una hipótesis ni un ideal de la naturaleza humana, es un hecho. Podemos ver en nuestro
entorno que constantemente las personas cometen actos violentos, debido a ello existen
leyes y sanciones que restringen y limitan la conducta humana.

Edgar Morin (2006), filósofo y sociólogo francés, nos habla de un aspecto del actuar
humano que lo enmarca y lo define: la barbarie. Al igual que Maquiavelo, Morin ve en la
humanidad un dejo de crueldad casi innato que nos lleva siempre a la barbarie, a la
violencia, a la desmesura (hybris). El genocidio nazi, la Santa Inquisición y las constantes
guerras en Medio Oriente financiadas por EE. UU. son muestra evidente de que la cultura
occidental, al menos, es barbárica. Europa, América del Norte y todos los países que nos
construimos a partir del pensamiento y costumbres de estos continentes somos
“Occidente”, y toda nuestra historia está manchada con sangre.
Tomando como referencia algunos conceptos del filósofo Heidegger (1986), podemos
observar que las personas, animales y la naturaleza en general, para Occidente, suelen
considerarse “seres a la mano”: objetos que están ahí para uso y disfrute de la raza
humana, y no de cualquier humano, sino solo de aquel que pueda reconocerse
como dasein, es decir, como ente que comprende su existencia en el mundo. El
trabajador promedio, un esclavo, una víctima de racismo o de violación no pueden
permitirse comprender su existencia, muchas veces lograr sobrevivir día a día suele

ocupar por completo sus pensamientos. Por lo tanto, estas personas no son dasein, sino
“seres a la mano”, útiles sobre los cuales se puede ejercer el poder y la barbarie.

Parece ser, pues, que la humanidad y la cultura occidental sí tienen una tendencia natural
a la crueldad, a la barbarie y a la violencia, al menos, visto desde la perspectiva de estos
pensadores. No obstante, nosotros los humanistas y los filósofos solemos depositar
cierta esperanza en que estas cuestiones de la crueldad y la violencia se pueden
modificar, criticar y, siendo optimistas, erradicar. O al menos ese ha sido el sueño de
muchos.
Para el filósofo Arthur Schopenhauer (2006), la vida está dominada por una voluntad
que lleva a las personas a desear y buscar la satisfacción de sus deseos, como ya nos
decía Maquiavelo. Pero esta búsqueda de satisfacción, al ser constante, conduce al
sufrimiento, ya que muy pocas veces se alcanzan todas las metas. Por tal motivo, el
individuo debe liberarse del sufrimiento, es decir, negar la voluntad y renunciar a los
deseos y las pasiones. Esta negación de la voluntad implica, por un lado, renunciar a la
búsqueda constante de la satisfacción y, por el otro, la resignación y la serenidad.
A raíz de la resignación, llega la compasión hacia los demás. Schopenhauer considera
que la compasión es una virtud fundamental, y que esta nos conecta con el sufrimiento
de los demás y nos ayuda a superar nuestro egoísmo, es decir, nos hace empatizar con el
dolor de los demás. Por tal razón, podemos analizar las repercusiones de nuestros actos
de una mejor manera. De la mano con esto, Schopenhauer recomienda llevar un estilo de

vida sencillo y moderado, en el cual evitemos la búsqueda obsesiva de riqueza, fama y
poder, ya que estas ambiciones suelen vincularse con sufrimiento a largo plazo.
En resumen, puede ser suficiente para evitar la crueldad y la violencia llevar una vida
moderada, ser considerados, compasivos y empáticos; no poner nuestras necesidades
sobre las de los demás, sean otras personas o cualquier otro ser vivo. Esto aplicado a
cada individuo en particular no supondría un cambio notorio en la cantidad de violencia
que se sufre a diario en el mundo. Pues, además de ser bastante utópico, se necesitan
gobernantes compasivos que no busquen solo el poder, como advierte Maquiavelo ‒que
de hecho ocurre‒, y sumado a eso, también necesitamos dispositivos políticos que
ayuden e incentiven a las personas a implementar estas herramientas de un “buen vivir”
en sus actividades cotidianas.
Estos dispositivos políticos tendrían que asegurar que las grandes corporaciones, las
industrias y, en general, las élites políticas y económicas lleven este estilo de vida
compasivo, empático y moderado. Lo cual ya resulta un desafío para las sociedades
actuales, como se puede ver en las palabras de Morin.
En este sentido, la mejor manera de erradicar la crueldad, la violencia o cualquier acto
perjudicial sería disolver todos los sistemas de poder que no tienen una justificación
razonable para someter a otras personas o especies, eliminar las desigualdades
económicas, sociales y de especie, e implementar políticas de moderación y austeridad
que abarquen a todas las personas, sin distinguir clases, élites o colores. Todo esto parece
muy difícil de lograr, teniendo en cuenta las condiciones de nuestra vida actual. Aunque,
claro, esto no significa que sea imposible, siempre se puede implementar el “buen vivir"
de manera individual, con el fin de que, paulatinamente, llegue a ser colectivo.
No obstante, suponer que con el “buen vivir" se puede eliminar la crueldad o la
“maldad” del acontecer humano es una contradicción casi ontológica. Es decir, el ser
humano es por naturaleza errático, cambiante y volátil. Eso no quiere decir que sea
exclusivamente cruel. En la vida cotidiana podemos ver que hay personas buenas,
nobles, que ayudan a otros, que cuidan de los animales, del ambiente, que combaten las
injusticias, que critican el racismo, la misoginia, el clasismo y cualquier otro tipo de
violencia sistemática. Existen de hecho buenas personas, pero incluso esas buenas
personas se equivocan, hasta pueden cometer algún acto violento si existen las
condiciones para que ello ocurra. Y viceversa, una persona que tachamos de “mala”
puede llegar a beneficiar a alguna otra de algún modo.
Esto se puede explicar debido a que, como señala Morin, las diferentes definiciones de
“ser humano” constantemente solo ven un aspecto de la condición humana. Por ejemplo,
la definición de Homo sapiens deja de lado hybris, pues mientras que el hombre que
piensa se deja guiar por la recta razón, en cualquier momento ese mismo hombre puede
dejarse llevar por la desmesura, pues es un animal ‒como menciona Plutarco‒ a fin de
cuentas.
El Homo faber, el hombre que fabrica y se llena los egos de su poder de crear, al mismo
tiempo crea fantasmas, mitos y dioses llenos de crueldad y de manipulación. El mismo ser
humano que construye el mundo creó el peor de los demonios: el dinero. En la siguiente
progresión hablaremos con detenimiento de esto. Por ahora, basta con comprender que
el ser humano no es una cosa solo buena o mala de manera tajante, o que siempre
busque el beneficio o el perjuicio de los demás, sino que el ser humano, como ya hemos
visto, se construye, se moldea y se afianza en su contexto; y lo único que nos queda es
ser capaces de comprender y de criticar los acontecimientos, hechos y actos de las
personas, así como los de nosotros mismos.

ACTIVIDAD 3. Investiga casos o ejemplos de crueldad y violencia que se vives o conoces actualmente en tu comunidad, escuela o sociedad. Por ejemplo el racismo, la violencia de género, la persecución por credo, el clasismo, la guerra, la violencia, etc. Anota una reflexion sobre por que crees que las personas actuen así y que se podría hacer para evitarlo.

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