En esta progresión exploraremos de forma crítica la concepción
antropocéntrica del mundo, es decir, las perspectivas que excluyen a lo no
humano o lo no vivo de las consideraciones morales, ontológicas y hasta científicas de la naturaleza. Para ello nos basaremos en los pensamientos
de tres destacados filósofos, desde tres puntos distintos de la historia:
Tales de Mileto, Arthur Schopenhauer y Friedrich Nietzsche. El objetivo es
que, a través de sus obras, puedas adquirir elementos y recursos
filosóficos para problematizar la experiencia del acontecer humano desde
una perspectiva más respetuosa e inclusiva con el resto del mundo y la
naturaleza.
Fig. 2.8 Antropocentrismo
A lo largo de la historia el ser humano se ha puesto a sí mismo como el
señor y dueño de todo lo que le rodea.
Desde los animales hasta los
recursos como el agua, el aire, los minerales, las plantas, etc. Sin ningún
reparo, las personas han hecho uso de las materias primas que existen en
el mundo y, en la actualidad, sufrimos el severo golpe de las
consecuencias. Remediar el problema ecológico que tenemos hoy en día
es una tarea complicada, pero podemos comenzar dejando de creer que
somos el ser más importante sobre la Tierra. Para esto analizaremos cómo
los mencionados pensadores ponen de manifiesto que el ser humano es
simplemente un ser más y que, incluso, debe ser más cuidadoso con la
forma en la que utiliza el poder de la llamada “razón”.
Tales de Mileto es considerado el padre de la filosofía natural, por ser el
primero en preguntar por el principio de la naturaleza. Para el naturalista
milesio la naturaleza es fuente de sabiduría, pero su constitución no depende de la medición, sino que es una de las herramientas útiles del
alma –psique– para moverse –kinesis– en el mundo. Tales, con las
precarias herramientas de medición de 585 a. C. y la simple observación,
fue capaz de predecir un eclipse de sol, pues comprendía la continuidad
de los movimientos de acuerdo con las herramientas de medición que
poseía. Esto no quiere decir que los fenómenos como los eclipses están ahí
para ser medidos y observados, son fenómenos que ocurren, y el ser
humano es capaz de formar teorías y sistemas de medición en torno a
ellos para su propio uso.
Pese a las críticas aristotélicas del desarrollo de la pregunta por los
principios que hace Tales, se puede ver en este último un pensamiento
bastante profundo sobre el cosmos. La idea de que el agua es el principio
de la naturaleza es bastante consistente, si lo pensamos de una manera
superficial. El agua es aquello que mantiene vivos a muchos animales, ya
sean marinos o terrestres. El semen, la sangre, la savia de los árboles y
otros fluidos constitutivos de los cuerpos vivos suelen ser líquidos. Por
estas razones, parece evidente que el principio debe ser algo de la misma
naturaleza que el agua.
La navegación en el mar suele dar bastante información sobre el cielo, o
al menos así lo veía Tales de Mileto, pues midiendo las estrellas,
organizando y estableciendo sus periodos es que se podía navegar de la
mejor manera posible. Incluso, se dice que Tales desarrolló un método
para medir la distancia entre un barco y otro en altamar, basado solo en la
observación del espacio de los patrones. Para él, la Naturaleza es una
suerte de ser animado que se comporta conforme a sus propios fines, así
como cualquier animal.
Esta conclusión se puede extraer de la idea de que el alma –psique– es
aquello que hace a los seres vivos moverse. Tales consideraba que las
piedras –imanes– tenían una suerte de alma que hacía que se movieran,
de ahí que se pudiera creer que la naturaleza entera tuviera la misma
cualidad. Otra razón para creer esto es que cada objeto o hecho natural
está relacionado con otro. En la tierra esto es obvio, el aire mueve al agua,
el agua mueve al barco y el barco mueve al marinero, pero no solo pasa
aquí, sino que los astros, como la Luna y el Sol, ejercen cierta fuerza sobre
la Tierra que genera modificaciones visibles: ejemplo de ello son las
mareas causadas por la Luna.
En general, toda la naturaleza parece comportarse como un ser viviente
en el cual el humano solo es un parte que colabora en su funcionamiento, y de manera casi contingente es que nosotros podemos desarrollar
métodos y sistemas que nos ayudan a saber y a conocer, pero incluso con
esto el mundo no está ahí para nosotros.
Según Arthur Schopenhauer, la vida humana consta de sufrimiento y de
una insatisfacción constante. Considera que el sufrimiento es una
condición natural de la existencia misma.
Defiende que la esencia de la
realidad es la “voluntad”, es decir, un impulso ciego e irracional que busca
perpetuarse y manifestarse en el mundo. No obstante, dicha voluntad
nunca es saciada de sus deseos, deseos que, en una constante búsqueda
de satisfacción, dan paso a la existencia, al mismo tiempo que provocan
un perpetuo sufrimiento.
Para este filósofo, el sufrimiento surge como consecuencia de una tensión
entre los deseos y la realidad. Nosotros, como seres humanos, estamos tan
atrapados en un ciclo interminable de búsqueda que siempre queda fuera
de nuestro alcance el fin último del hombre: la felicidad. Además,
Schopenhauer considera que el egoísmo, el conflicto y la competencia son
lo que impulsa a la naturaleza humana, agravando con sus efectos la
sensación de sufrimiento e insatisfacción.
Si bien esta mencionada voluntad es la esencia de la realidad, es por ende
manifiesta en todas las formas de vida. Este impulso ciego e irracional que
busca perpetuarse y manifestarse en el mundo es algo que acontece en
todos los seres vivos. De acuerdo con Schopenhauer, la voluntad es la
misma para todos los seres vivos, sin importar el nivel de desarrollo o
conciencia que posean. Es reconocible que los seres humanos tienen una
mayor capacidad para la reflexión y la autoconciencia, no obstante,
sostiene que esto no los hace superiores a otros seres vivos si hablamos de
la manifestación de la voluntad.
Los animales y otras formas de vida, dice Schopenhauer, tienen sus
propias motivaciones, aunque no sean capaces de expresarlas
racionalmente. Debido a esto, el filósofo alemán defiende que la
compasión, este valor que habíamos analizado algunas progresiones atrás
y que nos ayudaría a eliminar la malicia del mundo, es universal, por lo
que debemos aplicarlo a todos los seres vivos que conforman el mundo
donde se muestra la voluntad, pese al constante dolor de la existencia.
El ya conocido Friedrich Nietzsche, como hemos visto a lo largo de estos
cursos, realizó fuertes críticas a las concepciones occidentales del mundo,
en especial a la moral. Propuso una superación radical del antropocentrismo basado en que los conceptos de bien y mal son parte de
una construcción artificial que reprime la naturaleza cambiante y vivaz del
ser humano, y que, además, limita la posibilidad de este de desarrollarse
de una manera más eficiente con su entorno.
Este filósofo de la sospecha argumenta que la moral tradicional,
formulada a partir del platonismo y el cristianismo, ha generado una
represión de los impulsos vitales de los individuos. Considera, pues, que
esta moral impuesta ha promovido valores que inhiben la “voluntad de
poder”, que, a diferencia de Schopenhauer, se entiende aquí como una
fuerza vital y creativa que impulsa el desarrollo y la superación de los
individuos y de la vida en general.
Para Nietzsche, superar la moralidad tradicional del bien y el mal es
superar el antropocentrismo. Gracias al reconocimiento de la voluntad de
poder, se puede revalorizar la vida y la existencia conforme a las mismas
vivencias y experiencias, y no nos hace renunciar a la vida con una
esperanza de trascender a un reino trascendental que no podemos
asegurar. Por ello, los seres humanos deben afianzarse a su voluntad de
poder y buscar la autorrealización, sin someterse a normas y valores
impuestos.
ACTIVIDAD. Con la lectura del texto anterior; contesta las preguntas.
1. Según Tales de Mileto, ¿cuál es el principio de la naturaleza?
- El aire.
- El fuego.
- El agua.
- La tierra.
2. Según Arthur Schopenhauer, ¿cuál es la condición natural de la
existencia humana?
- 1. Felicidad constante.
- 2. Insatisfacción constante.
- 3. Plenitud y satisfacción.
- 4. Ausencia de sufrimiento.
3. ¿Cuál es la esencia de la realidad según Schopenhauer?
- 1. La razón.
- 2. La voluntad.
- 3. La felicidad.
- 4. El sufrimiento.
4. ¿Qué impulsa a la naturaleza humana según Nietzsche?
- 1. La compasión.
- 2. La voluntad de poder.
- 3. La felicidad.
- 4. La razón.
5. ¿Cuál es la crítica principal de Friedrich Nietzsche a la moral
tradicional?